Julian Draxler, participante en ese tanto, anotó el 3-0 apenas dos minutos después para acomodar la goleada con todavía una hora de partido, un mundo para cualquier rival cuando enfrente está un rival como el París Saint Germain, con jugadores de tal talla mundial, aunque fue todo lo contrario de lo que se esperaba entonces. Estrasburgo aguantó el 3-0 al término del primer tiempo. Uno de sus goles más característicos lo marcó contra el Hellas Verona: en el último minuto del partido arrancó desde su propia área, se marchó por velocidad y tras deshacerse de tres defensas batió al guardameta con un disparo seco.