El comienzo de esta ruptura habría comenzado precisamente por la cesión de poder que con el nuevo contrato prometía el club a Mbappé. La nula pretemporada del astro argentino retrasó su puesta a punto, dejándole un paso por detrás del equipo y bajo las sombras del siempre omnipresente Mbappé. Entre unas cosas y otras, Messi únicamente estuvo disponible y jugó en tres de los primeros 12 partidos del equipo.