Pero su carrera internacional, destinada a convertirle en el líder de Francia, se vio truncada por la patada al aficionado en Selhurst Park. Al mismo tiempo que desarrollaba su carrera como actor, Éric Cantona y su hermano Joël llegaron a un acuerdo con la Federación Francesa de Fútbol para ser embajadores del fútbol playa en Francia. Su último encuentro fue el 18 de enero de 1995 contra Países Bajos en Utrecht, una semana antes del incidente.